Por suerte le gustaban los jovencitos como yo

Era un hombre grande y musculoso, siempre me han gustado así. Como veis yo era muy poca cosa a su lado, pero aun así me deseaba de verdad. Empezamos a besarnos y yo me dejé llevar por él, no solo estaba buenísimo y tenía unos músculos envidiables, sino que además sabían bien como hacer las cosas. Nos comimos las pollas y poco despues fuimos a la cama, allí me penetró. Era muy grande y eso me ponía muy cachondo, con su polla estuvo perforando mi estrecho culito hasta que no pude aguntar mucho más y me corrí. Luego fue él quien se corrió dentro de mi, me encantó sentir su leche escurriéndose.

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